"La vida es como una montaña rusa. No se trata de llegar al final
del recorrido si no de disfrutar lo que pasa en el trayecto"
La vida es como una montaña rusa, con altas y bajas, con momentos de sustos y momentos de alegría, con sorpresas, con risas y llantos, con miedos y encantos.
La vida pasa muy rápido, así como pasa la diversión de una montaña rusa.
Disfruta el recorrido porque puede pasar sin saborear.
Hay momentos que estamos arriba, en la cima, en la cúspide y nos sentimos estables.
De momento vienen los problemas y sentimos el sustito de que vamos a bajar,
nuestro corazón comienza a latir con mas fuerza, nuestro pulso se acelera, nuestra respiración aumenta, se nos nubla la vista y empezamos a sentir un miedo terrible de caer al vacío.
Al tiempo volvemos a subir y a sentirnos bien y el ciclo continua.
Así es la vida, con sus altos y sus bajos, tengamos la culpa o no la tengamos, hallamos defraudado a Dios o no hallamos defraudado, hubiésemos culpado a los demás o no los hallamos culpado, hallamos sido agradecido o no hallamos sido agradecidos, fuere lo que fuere, siempre nos toca confrontarnos con los ALTIBAJOS DE LA VIDA; queramos o no lo queramos, huyendo de ello o no huyendo.
Lo importante no es quienes tuvieron la culpa o quienes no,
Lo importante no es que nos justifiquemos delante de los demás para que nos comprendan como fue que llegamos allí,
Lo importante no es que gastemos nuestro tiempo y energía en evitar esos momentos,
Lo importante no es que nos impongamos grandes castigos, o fuertes disciplinas espirituales, para evitar caer,
Lo verdaderamente importante es que no importa en cual de esas situaciones de la Montaña rusa estemos, nos mantengamos firmes en la fe, creyendo en Dios, creyendo en la palabra de Dios, creyendo en lo que somos para Dios, creyendo en lo que tiene preparado para nosotros Dios, creyendo en las promesas de Dios, creyendo que vale la pena seguirle obedeciendo a Dios, creyendo que la ultima palabra la tiene Dios, creyendo que el destino de nuestra vida solo lo tiene Dios.
No importa donde estés ahora: si vas de subida, si estas arriba, si estas empezando a descender, o estas cayendo súbitamente, o ya estas abajo, o estas subiendo nuevamente de a poquito y forzosamente te estas levantando nuevamente, si ya estas subiendo de nuevo, o si estas en la cúspide otra vez, si estas en la cúspide y casi ya volviendo a descender,
no importa cual de estas situaciones estés pasando, solo descansa en el Señor.
