El fin de semana pasada fuimos a llevar a Karina a la universidad.
Salimos de Virginia a las 3:40 am y llegamos alla a las 12:40 pm, 10 horas de viaje.
En el camino vimos el amanecer.
Nos paramos a desayunar en West Virginia y Karina tenia miedo porque dice que ahi es donde hay mas personas locas - LOL esa muchachita no es facil!
En el camino solo veiamos fincas!
Había mucha neblina y habían momentos en que no se veía nada.
Vimos dos iglesias Adventistas y muchos cementerios.
Mucha vegetación.
Mucho maíz!
Karina llevaba una mudanza con tres maletas, dos bultos, bolsas, carteras, dos contenedores plásticos, dos bolsas de perchas, peluches, almohadas, de todo!
Ahora Karina vive en una suite, uno entra a la sala y luego tienen 4 habitaciones. Karina duerme sola, a un lado tiene una habitación con dos muchachas y del otro lado otra habitación con dos muchachas mas.
El cuarto es pequeno pero comodo. Tiene un gavetero, un escritorio con tres gavetas, un closet grande, un espejo, una cama alta donde puede guardar cosas debajo y una ventana.
Evelis ayudando a su hermana!
En la sala hay dos muebles, una nevera y una mesa.
La universidad queda en un pueblo muy pequeño donde el centro del pueblo es la universidad. Ahí mismo tienen bodegas, el correo, los bomberos, el banco y algunos restaurantes.
Al terminar fuimos a la casa del consejero de Karina y ahi conocí a su esposa con la que Karina fue a Africa. Ellos son muy buenos y adoran a Karina.
Nos ofrecieron su casa para que nos quedáramos pero decidimos irnos porque teníamos mucho que hacer el domingo.
Evelis estaba feliz viendo las vacas y los caballos.
Karina le puso el vestido de Kenyon College a Evelis y le queda ya pequeño.
Cuando nos estábamos despidiendo Evelis le decía "Karina no vaya".
Karina le queria enseñar a Evelis a todo el mundo, ella jura que es una muñeca.
Con mis dos hijas!
En el camino pasamos el susto de nuestras vidas. El GPS nos llevó por una autopista bien peligrosa en donde solo hay curvas, montes, no hay luz y muchos animales. La velocidad máxima era 25 MP. No había señal de teléfono y teníamos que conducir muy despacio porque no conocíamos la autopista. De un momento a otro vimos cuatro motores parados del otro lado de la autopista y cuando le pasamos por el lado ellos arrancaron detrás de nosotros. Encontramos raro que esos motores hicieran eso, así que decidimos aumentar la velocidad, mientras mas rápido íbamos mas rápido iban los motoristas. Yo estaba que temblaba del miedo, podíamos chocar por la velocidad tan grande que conducíamos en esas montañas pero si bajábamos la velocidad teníamos miedo de que los motoristas nos hicieran algo. En ese trayecto duramos hora y media, solo nosotros y los motores en esa persecución. A veces teníamos que pararnos para dejar cruzar a uno que otro animal. De momento vimos dos carros bloqueando la carretera y no podíamos pasar, pensamos que ya ese era el fin y que lo motoristas se habían puesto de acuerdo con ellos, sin embargo, los choferes dejaron uno de los carros en la carretera y se fueron ambos en un solo carro. Los seguimos y sentimos un alivio al ver que no íbamos solos. Llegamos a un pueblo y pensamos que por fin habíamos llegado a la civilización. El carro que iba delante se paró en una bomba y nosotros decidimos continuar por temor a que los motoristas se fueran delante y nos impidieran el paso. No pasaron ni dos minutos cuando los motoristas se nos volvieron acercar y volvimos a estar en el medio de la selva. Oramos a Dios pidiendo ayuda y de la nada, de entre los arboles salió un carro que quería dar un u-turn, el nos dejó pasar y luego se puso detrás de nosotros. El carro blanco se nos pegó detrás y los 4 motores luego de hora y media de persecución desaparecieron. Al bajar de las montañas llegamos a la ruta 64 que es muy transitada y el carro también se desapareció.
No sabemos en realidad cuales eran las intensiones de los motoristas, puede que querían asustarnos o simplemente necesitaban de nuestras luces para ellos ver mejor, puede que quisieran hacernos algo, nunca lo vamos a saber; lo que si sabemos que Dios envió a sus ángeles en ese carro blanco para cuidarnos, sabemos que Dios escuchó nuestras oraciones en esos momentos de angustia.
Nunca había sentido tanto miedo como esa noche, nunca había puesto tanta confianza en Elvis como chofer, nunca había temido por mi vida tanto.
En ese momento se me puso la vida en un hilo, pensé mucho en Evelis y en lo que pudiera pasarle, pensé en Karina y en lo mucho en que ella todavía me necesita, pensé en lo rencorosa que soy, en las personas a las cuales no había perdonado y a las cuales no le había pedido perdón, pensé en mi salvación.
Al salir de ahi lo primero que hice fue llamar a Karina y lloré al contarle la historia.
Llamé a mi hermano Erick y a mami.
Elvis y yo nos pedimos perdón y ambos oramos a Dios y agradecimos por la nueva oportunidad.
Al otro día busqué en el internet y encontré que la ruta 250 es muy peligrosa y que es muy usada por los motoristas.
Si alguno de ustedes ha ido a Las Terrenas es mucho mas peligrosa que esa y mucho mas larga.
Agradeciendo a Dios por la vida!
