lunes, 5 de septiembre de 2016

Un Año Mas

Los maestros celebramos el año nuevo dos veces en el año - el primero de enero y el primer día de clases. Mañana es mi primer día de clases y así como el primer día del año, comenzamos con nuevas expectativas, con deseo de ser mejor que el año pasado, con nueva energía y con mucho optimismo. Mañana, no solo abro la puerta de mi salón de clases sino también la de mi corazón.
Mañana, decenas de niños llegaran a mi vida para ser parte de ella.
Los padres ni se imaginan lo importante que sus hijos llegan hacer para nosotros, se convierten en hijos mas...en un pedacito de nosotros.
Los maestros influimos en la formación de estos pequeños pero la mayor influencia viene de los padres. En la casa es donde se crea el amor por la escuela, el respeto a los maestros y la dedicación a sus clases.
En mi vida como estudiantes tuve maestros excepcionales a los cuales nunca olvidaré.
En mi vida como maestra he conocido a los maestros mas entregados y a los peores respetados por padres y estudiantes.
Al comenzar tu hijo/a en estos días la escuela ayudalos a ser mejor persona, preparalos no solo con útiles escolares sino también con valores escolares. Enséñale a respetar, a ser bondadoso, agradecido, a valorar todo lo que se les ofrece en un salón de clase mientras hay millones de estudiantes que desean tener lo que ellos desprecian. 
Hablale de los maestros de tu infancia, de aquellos que marcaron tu vida para bien. 
Cuéntale de lo mucho que has sufrido por no haber terminado tus estudios.
Preguntale como le fue en su día.
Conoce sus amigos.
Involucrate en sus tareas y no creas cuando te dice que no tiene.
No juzgues lo que te cuenta sin escuchar la otra versión.
No creas nunca que los maestros están en contra de tus hijos - analiza.
Si en la lista escolar te piden un lápiz y puedes comprar dos, no dudes en comprarlo; no te imaginas lo rápido que lo pierden.
Agrada al maestro - no solo de manzanas ellos viven - a veces una nota les hace el día.
Si tienes tiempo ofrecete de voluntario.
Se paciente.
Ora, ora mucho por tus hijos, por los maestros, por sus amigos, por la escuela.
Y por nada del mundo olvides que esta profesión es de corazón -  nuestro pago es la mayor evidencia de esto.

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