Había una vez una joven que vivía en Nueva York por mucho tiempo y decidió mudarse a un lugar donde no hiciera tanto frío. El frío dijo, esta joven me necesita; sin mi ella no puede dar muchos abrazos, no puede dormir acurrucada, no se va a mantener tan joven...así que voy a perseguirla. Detrás de ella se fue el frío, llevándole nieve "que la mitad es mucha" -como dice su esposo - regalandole muchos días en la casa sin trabajar, muchos recuerdos inolvidables para su hijita y permitiendo que su esposo disfrutara de lo que nunca disfrutó en su niñez.
En pocas palabras "Lo que está pa'ti nadie te lo quita" y siguen las nevadas en Virginia.
Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta: si vuestros pecados fueren
como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como
el carmesí, vendrán á ser como blanca lana.
Isaías 1:18
Isaías 1:18
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