Por primera vez Evelis pasó dos semanas sin su papi. En ningún momento lloró por el, ni mucho menos dijo que lo extrañaba, ella estaba muy ocupada con sus primos y explorando lugares nuevos. Sin embargo, su temperamento cambió, a veces actuaba con enojo y cuando llegó la hora cero, la hora de ir al aeropuerto a buscarlo, cuando se acercaban los minutos ella no pudo contenerse.
Entre todas las personas ella lo buscaba. Sus ojitos se movían de un lado a otro, su corazón palpitaba aceleradamente, se movía, gritaba, preguntaba por el. Elwin Rafael y yo ya no sabíamos que hacer con ella.
Entre la multitud, a la distancia, vimos salir a un hombre demacrado, se veía cansado y había perdido varias libras; pero para ella era el mismo. Ella corrió a sus brazos y entre lagrimas y risas se perdieron en un abrazo.
Cuanta nostalgia se vive en un aeropuerto, cuantas familias reunidas después del tiempo, cuantas lagrimas sinceras, cuantos abrazos, cuantos besos, cuantos corazones felices.
Lloré como una niña al ver a personas desconocidas reunirse pero al ver a Evelis y a Elvis reí y agradecí a Dios por el amor de ellos.
La próxima vez que vayas al aeropuerto busca mas allá de la personas a la que vas a recoger, busca a la madre que vuelve a ver a sus hijos después de los años. No dejes de buscar a la parejita a la cual no le importa la multitud para besarse. Busca al padre, a la hija, a la hermana, a la amiga, busca a la abuela que por fin conoce a sus nietos... escucha sus historias, llora con ellos y comparte su felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario